jueves, 26 de junio de 2014

Falsos lujos

Hace poco pasé delante de una tienda Nespresso. El aspecto del local era inmejorable: limpio, moderno, colorido pero sobrio a la vez. Desde luego, no parecía una tienda de café; podría pasar por una tienda de productos tecnológicos. Tenía el aspecto futurista y aséptico de las propias cápsulas que vende. En definitiva, no venden café sino lujo -pensé. Pero no café de lujo, no. El café de sus cápsulas es café normal y corriente, y tampoco es que sea más concentrado que el café que no es de cápsula. Respecto al gusto, algunos dicen que está más bueno, pero otros muchos (entre los que me incluyo) preferimos el café de los formatos clásicos. Así que ni siquiera se puede decir que haya consenso en que es un café con mejor sabor. Entonces, ¿dónde está el lujo? En el precio. Si alguien tiene ganas, que calcule la diferencia entre el kilo de café molido y el kilo de café encapsulado de Nespresso. Es una diferencia de precio totalmente injustificada.

martes, 17 de junio de 2014

El peligro que acecha

El último día poníamos algunos ejemplos que ilustraban en qué consistía un comportamiento o actitud racionales. Y, entre esos comportamientos o actitudes, incluíamos los que obedecían a lo que podríamos llamar ‘la razón lógica’, actitudes como la aceptación del mejor argumento, el rechazo de las malas argumentaciones o la no aceptación de ciertas ideas que no están bien fundamentadas o no tienen algún tipo de evidencia. Esto excluye el racismo, el sexismo y el clasismo, por ejemplo, de los comportamientos racionales, ya que no solo los argumentos aducidos en su favor son objetables, sino que, además, no hay ninguna buena razón o evidencia a favor de ellos. Este último punto me parece importante para desacreditar estas actitudes, pues, a menudo, para que una mente abandone sus prejuicios (en general) es más útil que se dé cuenta de lo absurdo y gratuito de sus ideas que no que intente aceptar de entrada y sinceramente las ideas contrarias.

viernes, 13 de junio de 2014

Una racionalidad completa

En este blog se defiende una vida racional. El punto de partida asumido es que somos seres racionales y el uso de la razón es conveniente. Ahora bien, no es fácil especificar en qué consiste la racionalidad deseada. Tiene que ver con la coherencia, la sencillez, el sentido común, la prudencia, la crítica, el pensamiento lógico, el razonamiento. Y también con un cierto respeto a la propia naturaleza. Más fácil que definir la racionalidad es dar ejemplos de actitudes o acciones racionales que se han expuesto muchas veces en este blog. Así, es racional no consumir innecesariamente, ser crítico ante ideas raras o evitar complicaciones absurdas. Y también es racional procurar cuidarse, estar atento al propio cuerpo o buscar cierta armonía con la naturaleza. Pero seguramente lo más distintivo de la racionalidad es el reconocimiento y la aceptación del mejor argumento, rasgos que quizás no han sido propiamente ensalzados aquí y de los que hoy quiero hablar.