martes, 25 de febrero de 2014

La democracia y la creación de la mayoría

En España, uno de los mayores acontecimientos deportivos de cada año, en cuanto a expectación, seguimiento, publicidad generada, etc., es el partido (o los partidos) de fútbol entre el Barça y el Real Madrid. No es raro que, al acabar el año, esté entre lo más visto por la televisión (incluyendo todo tipo de programas). Algo parecido sucede cuando el F.C. Barcelona o el Real Madrid juegan una final europea. ¿Cuánta gente suele ver este tipo de partidos en España? Pues, si damos por buenas las cifras que se publican, unos 15-16 millones de personas como mucho (dependiendo de la expectación generada). Siendo esta cantidad una cifra respetable, tampoco lo es menos la siguiente observación: contra lo que pueda parecer, la gran mayoría de los españoles -en España hay unos 46 millones de habitantes- no sigue los Barça-Madrid. Resulta, pues, que el amigo rarito al que no le interesa el fútbol no es, a fin de cuentas tan rarito: su postura es la mayoritariamente seguida por los españoles. Y eso que el bombardeo publicitario de este tipo de partidos es descomunal…

En otros sectores es mucho peor; a veces se habla del libro o el disco más vendidos como si todo el mundo hubiese leído el libro o el disco en cuestión. Nada más lejos de la realidad. Quien busque las cifras de ventas del libro o el disco más vendidos, verá que son cifras ridículas (aun teniendo en cuenta que la obra llega a más gente de la que compra) comparadas con el total de la población. Al final, el libro más leído ha sido leído por cuatro gatos. No quiero quitar mérito a esas ventas, que se me entienda bien. Llegar a tanta gente es algo importante, pero, con las cifras en la mano, vemos la objetividad de los hechos: la novela/serie/disco que parece de obligado conocimiento y que arrasa no llega a la mayoría de la población. El raro no es precisamente el que no ha leído la última novela de moda. En general, seguir las tendencias que dicta la moda en ropa, música, deportes, lectura, etc. es algo que no hace la mayor parte de la población, contra lo que parecen difundir los medios y la sensación que nos queda a veces.

Lo que se nos vende como las tendencias u opciones más significativas, de pleno éxito social, como si fuesen mayoritarias, nunca alcanzan a la mayoría de la población. Otra cosa es que, dentro de la gran fragmentación de opciones, sean las mayoritarias (pues la segunda opción puede estar muy lejos cuantitativamente de la primera). Por ejemplo, puede suceder que lo más visto en televisión un cierto día (incluso durante todo un año) sea el partido entre el Barça y el Real Madrid, a mucha distancia del segundo programa más visto. Pero podría darse el caso que este partido tuviera, aun así, una audiencia de pena en relación a la cantidad potencial de espectadores de televisión. Ser una tendencia mayoritaria no significa, claro, ser una tendencia dentro de la mayor parte de la población. Y muchas veces perdemos esta perspectiva, no juzgamos contra el fondo de la totalidad de la población, y confundimos que algo sea lo mayoritario dentro de unas ciertas opciones con que sea predominante en el total de la población.

Todo este asunto de las mayorías es importante porque estamos en un sistema político, la democracia, que creemos que se rige por lo que decide la mayoría. Pero, ¿esto es así? Bueno, la mayoría de la población española (incluso de la población española con derecho a voto) no ha votado al partido que ahora está en el gobierno de España (por cierto, con mayoría absoluta (!)). Ha sido el partido más votado entre todos los partidos que se presentaban, pero no el partido que ha votado la mayoría de la población. Nos tenemos que plantear si es verdaderamente democrático (o se corresponde realmente con nuestra idea de democracia) el gobierno de un partido en solitario cuando no ha sido votado por la mayor parte de los gobernados (o, si se prefiere, de los gobernados con derecho a voto). Yo creo que es mucho menos democrático y legítimo de lo que tenemos asumido. Pero, como hemos visto, la propaganda es buena confundiendo entre opción mayoritaria y opción de la mayoría. Es importante recalcar la diferencia entre ambas y no crear mayorías donde no las hay. La perspectiva que no debemos perder de vista es la de la totalidad. Desde esta perspectiva, como hemos visto, las modas, las inclinaciones, las conductas, los gobiernos, no se corresponden con lo que decide la mayor parte de la población. ¿Tu concepto de democracia puede asimilar este hecho?

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